El frío no es el que entra, sino que más bien es el calor el que sale. Tras años de culpar al frío por la neumonía continua, los mocos colgando y los agostos imposibles de cruzar, me he dado cuenta de que la sociedad ha estado apuntando el dedo a quien ha sido inocente. Es el calor el verdadero culpable, que con desdén se aleja a través de una ventana o una puerta mal cerrada.
Eligiendo con flojera quién es privado y quién no.
Con imperdonable cobardía decide abandonar sus líneas para emprender una retirada sin cargo de conciencia, sin vergüenza, para que con rapidez la balanza se desequilibre y solo quede un protagonista solitario en la historia. "No es fácil estar tan solo" piensa el frío mientras ve alejarse a quien supuestamente sería su compañero de jornada, dilusidando a la perfección los tiempos venideros.
Las mochilas pesan mucho más cuando no quieres cargarlas, y vale la pena dejar las cosas claras, el frío ya no está para este tipo de expediciones. Las temperaturas altas provocan pesos llenos de arrepentimiento.
Sober - TOOL
jueves, 15 de julio de 2010
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